Escribe: Ing. Ana Mendoza Vela, especialista en desarrollo rural sostenible
El Perú destaca entre los 10 países megadiversos del mundo, con 28 climas y 84 de los 104 microclimas existentes en el mundo. Es uno de los pulmones del planeta, que alberga el 13 % de los bosques tropicales amazónicos, ubicándolo en el segundo país en América Latina y el cuarto a nivel mundial en superficie de bosques tropicales, donde cohabitan las comunidades nativas.
Producción orgánica para exportar
Según los resultados del III Censo de Comunidades Nativas 2017, de los 44 pueblos indígenas u originarios declarados. De ese total, la etnia asháninka es la que ocupa el mayor porcentaje de comunidades nativas, a razón de 19,22% (520 comunidades), seguida por el pueblo awajún o aguarina, 15,50 % (419 comunidades) y kichwa, 11,65 % (315 comunidades).
La contribución de estas comunidades en el desarrollo sostenible de la agricultura familiar es importante, a través de la implementación de sistemas agroforestales en café y cacao, cuya producción exportan a diversos mercados especiales, gracias al acompañamiento del Estado e instituciones privadas con asistencia técnica.
Más allá de garantizar la seguridad alimentaria, la agricultura sostenible promueve ecosistemas saludables, asegurando rentabilidad para los productores, garantizando el cuidado del medio ambiente y la equidad social y económica.
Sin embargo, la ausencia de políticas públicas que estén en concordancia con los lineamientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, obstaculiza que más comunidades nativas e indígenas no se involucren en el desarrollo de la agricultura sostenible, en el cuidado de los bosques y el ecosistema. Y esto es preocupante si se considera, que según Geobosques del Ministerio del Ambiente, entre el 2001 y 2020 se han perdido 2ʼ636,585 hectáreas de bosques, siendo las regiones políticas de Loreto, San Martín, Ucayali, Junín, Madre de Dios y Amazonas las más afectadas por la deforestación, que entre todas, han perdido el 77 % de bosques.
Armonía del paisaje amazónico
El sistema agroforestal es la mejor opción para la Amazonía, porque combina la producción de especies forestales con cultivos agrícolas en la misma parcela, con lo cual se logra una producción diversificada y sostenible, eleva la rentabilidad, mejora la fertilidad del suelo y calidad de agua y aire y mitiga las emisiones de metano. Por lo mismo, diversas instituciones privadas vienen promoviendo este sistema, que permite una armonía en el paisaje amazónico y la sostenibilidad económica de las familias rurales que se convierten en guardianas del bosque, garantizando que la biodiversidad que caracteriza al Perú se mantenga en el tiempo. Además, el sistema agroforestal hace que el cacao y café tengan aromas y sabores más intensos.
Los beneficios principales
Algunos gobiernos regionales y locales de la Amazonía vienen impulsando programas y proyectos relacionados a sistemas agroforestales, pero que solo benefician a pocas familias, debido a la falta de información respecto a los siguientes beneficios de este sistema: conservación de la biodiversidad amazónica frente a la creciente deforestación, y la oportunidad de ingresar a mercados especializados para el cacao y café, lo que actualmente se llama el biocomercio y/o econegocios (mercados verdes o greenmarket). Estos nichos especiales de mercado premian los esfuerzos que realizan las familias agricultoras por conservar la biodiversidad de la Amazonía, pagándoles un precio justo por sus productos.
Certificaciones de comercio justo
Las organizaciones de productores que están apostando por los sistemas agroforestales pueden acceder a certificaciones de Comercio Justo (Fairtrade) y Rainforest Alliance (RA)-UTZ, que son promovidas por instituciones internacionales, como Hivos, Solidaridad Internacional, Oxfam y Conservación Internacional, cuyos datos al 2020, muestran que el 25 % del café sostenible es comercializado bajo un estándar de sostenibilidad. Las empresas privadas que se han sumado a esta tendencia son Starbucks y Nestlé. Entretanto, el 60 % del cacao orgánico producido en sistemas agroforestales se comercializan en nichos especiales de mercado.
Perú destaca a nivel mundial
Por lo tanto, cabe destacar que el esfuerzo que vienen desplegando las 170 organizaciones de café y 46 de cacao, muchas de ellas asentadas en comunidades nativas, que han ubicado al Perú en el segundo lugar a nivel mundial en producción de café con certificación Fairtrade. De las 420 mil ha de café que se cultivan en el país, 140 mil poseen dicha certificación. Entretanto, en cacao con certificación Fairtrade, el Perú ocupa el tercer lugar, con una superficie de 28 mil ha, que producen 20 mil toneladas, aproximadamente.
Cerrar la brecha económica
Por lo tanto, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, los gobiernos regionales y locales deberían impulsar los sistemas agroforestales para el cacao y café en la Amazonía, mediante el enfoque de asociatividad y cadena de valor para posicionarse en mercados especializados que están revalorando el trabajo de los productores, como una política permanente frente a la necesidad de cerrar la brecha económica existente entre las familias amazónicas y a la urgente necesidad de frenar la deforestación, brindando incentivos a las comunidades nativas para que se comprometan con el cuidado de los bosques. Parte de esos incentivos puede ser ejecutar programas de titulación de predios, de modo que las comunidades nativas puedan trabajar en alianza con inversionistas que apuesten por la agricultura sostenible.