María Sandonás del distrito de Moro, provincia Santa, región Ancash, usa hábilmente, y con bastante precisión, el filudo bisturí con el que suavemente corta la piel del cuy colocado sobre una mesa de trabajo. Lentamente retira el pelaje del animal para, luego, hacer una nueva incisión que permite abrir el pecho y ver el estado de los órganos. Se trata de una necropsia con la finalidad de identificar las enfermedades que atacaron al pequeño roedor.
“Yo trabajo en un recreo en Moro y ya tengo experiencia para cortar los cuyes. Pero no sé cómo reconocer enfermedades. Ahora estoy aprendiendo», comenta María.
Ella y otro grupo de compañeras participan del Programa de Formación Agropecuaria (PFA) que ha implementado el Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir), con la finalidad de formar líderes y fortalecer las capacidades de los emprendedores.
Una de las enfermedades que se identificó en la necropsia fue la salmonelosis que se presentó con manchas blancas en el hígado del cuy. Aquella enfermedad es la más peligrosa, de alto contagio y puede matar a todos los ejemplares del galpón si no se previene o se controla a tiempo. Otra de las enfermedades que sufren los roedores es la neumonía.
“Los cuyes sufren de enfermedades infecciosas y parasitarias, ataque de ácaros y piojos, y es importante que los criadores aprendan a reconocerlas. También es importante que cuenten con un botiquín que contenga antibióticos y antiparasitarios en sus galpones”, comentó el responsable de la capacitación de Sedir, Liberato Torre Albino.
También es necesario limpiar los corrales con cal y colocar el mismo insumo en las puertas de ingreso para la desinfección de los zapatos.
¿Qué hacer?
La salmonelosis se contagia de manera oral y el control también implica la incineración de los animales contagiados y muertos. El tratamiento requiere del uso de enroflaxacina.
Mientras que para prevenir la neumonía el animal debe tener una buena alimentación y evitar los cambios bruscos de temperatura, las corrientes de aire y la alta humedad en las instalaciones. Además, se debe separar los animales sanos de los enfermos
Los cuyes también se enferman de micosis (hongo) que se transmite de piel a piel entre cuyes y de conjuntivitis, producto de la suciedad en los corrales y su tratamiento es a base de terramicina.
“Necesito conocer todo sobre crianza de cuyes porque quiero iniciar un negocio de venta. El dinero que gane me ayudará a mantener a mis 3 hijos”, comenta María Granados, participante del Programa de Formación Agropecuaria.
Cuy sano, cuy enfermo
Hay conductas que pueden tomarse como indicadores para identificar si un cuy está sano o enfermo. Por ejemplo, un animal sano es activo, tiene buen peso, tiene el pelo brillante, goza de apetito y está bien desarrollado. Mientras que un cuy enfermo es aquel que se separa del grupo, se aísla, no come, tiene el pelo erizado, sufre de diarrea y tiene el vientre hundido.
La prevención y control a tiempo permitirá tener cuyes sanos para un producto de buen rendimiento en calidad y cantidad.