Bioeconomía circular, nuevo paradigma para una economía sostenible FAO Perú

Bioeconomía circular, nuevo paradigma para una economía sostenible

La bioeconomía circular está ganando impulso tanto en países desarrollados como en América Latina como un modelo económico sostenible basado en la producción y aprovechamiento eficiente de recursos biológicos. Se fundamenta en los principios de reducción del desperdicio, reutilización de materiales agrícolas y conservación de la biodiversidad.

politóloga Mariana Escobar Arango, representante de la FAO en el Perú.
Politóloga Mariana Escobar Arango, representante de la FAO en el Perú.

 

Este enfoque prometedor está transformando la manera en que producimos, consumimos y cuidamos nuestro planeta, generando resultados positivos tanto en la economía como en el medio ambiente, sostiene la politóloga Mariana Escobar Arango, representante de la FAO en el Perú.

Últimamente, se habla de un nuevo modelo de economía más sostenible, ¿qué es en sí la bioeconomía circular, Dra. Escobar?

– De acuerdo al Consejo Consultivo Internacional sobre la Bioeconomía Mundial (2020) –que está compuesto por unos cuarenta expertos en políticas de alto nivel e impulsores de la bioeconomía en todos los hemisferios–, la bioeconomía se puede definir como la producción, utilización, conservación y regeneración de recursos biológicos, aplicando los conocimientos, la ciencia, la tecnología y  innovación, con el objetivo de proporcionar soluciones sostenibles (información, productos, procesos y servicios) en y para todos los sectores económicos, permitiendo así una transformación hacia una economía sostenible.

Principios de la bioeconomía

¿Cuáles son los principios de la bioeconomía circular y como se aplican en los diferentes sectores productivos, empezando por el agro?

– La FAO propone los siguientes 10 principios para orientar el desarrollo de una bioeconomía sostenible: 1) Seguridad alimentaria y nutricional. 2) Productivo y regenerativo, lo que implica conservar, proteger y mejorar los recursos naturales. 3)  Competitivo e inclusivo, para apoyar el crecimiento económico inclusivo, donde todas las partes interesadas tengan oportunidades de participar y beneficiarse.  4) Resiliente y justo, busca comunidades más saludables y sostenibles, aprovechando la resiliencia social y de los ecosistemas. 5)   Eficiente y circular para promover el uso eficiente de los recursos y la biomasa, promoviendo la circularidad y minimizando el desperdicio. 6) Bien gobernado y transparente (gobernanza responsable y eficaz). 7) Innovador, para aprovechar los conocimientos existentes, las tecnologías y las buenas prácticas comprobadas, y fomentar la investigación y la innovación. 8) Equitativo, o sea, que debe utilizar y promover prácticas de mercado sostenibles, así como abordar las desigualdades y promover la equidad. 9) Responsable, que satisfaga las necesidades de la sociedad y promueva el consumo sostenible, y 10) Colaborativo, que promueva la cooperación, la colaboración y el intercambio entre las partes interesadas. Estos principios guían el enfoque de la bioeconomía sostenible, buscando un equilibrio entre el desarrollo económico, la protección del medio ambiente, la mitigación del cambio climático y el bienestar social.

– ¿Es posible promover la reutilización de los materiales e insumos en el agro para minimizar su desperdicio e incluso reducir su impacto en el medio ambiente?

– ¡Por supuesto! Solo hay que alinearse a los principios 2 y 5 de la bioeconomía sostenible.

¿Cómo se puede gestionar y valorizar los residuos agrícolas, ganaderos y agroindustriales de manera sostenible, reutilizándolos en otros procesos productivos?

– De acuerdo a la FAO (2018), todas las partes de la cadena alimentaria, desde el campo hasta el plato, pueden contribuir a reducir este desperdicio, reutilizando, reciclando y promoviendo unos patrones de consumo más sostenibles. En ese sentido se tienen algunas estrategias para abordar el desperdicio de alimentos y promover la sostenibilidad en los sistemas de alimentación y cadenas de valor, como las siguientes: Para gestionar y valorizar los residuos agrícolas, ganaderos y agroindustriales de manera sostenible, reutilizándolos en otros procesos productivos, se pueden seguir diversas estrategias: 1) Valoración de la situación: Es importante cuantificar las causas principales del desperdicio de alimentos y evaluar el impacto de las soluciones en términos económicos, técnicos, de calidad y seguridad de los alimentos, aceptación social y sostenibilidad ambiental. 2) Incentivos para la sostenibilidad: Se deben establecer incentivos que fomenten un consumo y producción más sostenibles, para que tanto los consumidores como los productores sean conscientes del impacto ambiental y social de sus decisiones. 3) Políticas para reducir el desperdicio: Las decisiones políticas juegan un papel clave en la reducción del desperdicio de alimentos, mediante intervenciones que buscan disminuir la sobreproducción y fomentar la educación nutricional para impulsar dietas más saludables y sostenibles. 4) Optimizar la etapa de la poscosecha: Compartir conocimientos y tecnologías para mejorar las actividades poscosecha. 5) Economía circular en el agro y la alimentación: Para optimizar el valor de los recursos naturales mediante la reutilización y el reciclaje. El compostaje de residuos puede generar nutrientes para el suelo y alimento para el ganado. 6) Uso de energías renovables: Esta práctica ayuda a reducir la huella energética en la producción y consumo de alimentos.

Pérdidas y desperdicios en la cadena alimentaria

 

Pérdidas en la cadena alimentaria

¿Existe alguna experiencia en el país en la que se promueva la bioeconomía circular y que esté teniendo impacto positivo en la economía y medio ambiente? ¿Cuál o cuáles?

– Si bien no existe un proyecto específico de bioeconomía circular con impacto positivo en la economía y el medio ambiente en el país, la FAO ha realizado estudios de casos que ofrecen una primera aproximación a los niveles de pérdidas en algunas cadenas alimentarias, como el frijol, papa, banano y tomate, y ha contribuido a establecer una línea de base de pérdidas y desperdicios de alimentos en los sectores agrarios y pesquero. En una evaluación reciente de los sistemas alimentarios en Perú revela que en 2017 hubo deficiencias en la cadena de almacenamiento, distribución y comercialización que provocaron una pérdida del 45 % de la producción en cereales, raíces, tubérculos, legumbres, frutas y vegetales, 14 % en la etapa de distribución, 9 % en el proceso de poscosecha y almacenamiento, 15 % en la etapa de procesamiento y empaquetado y 7 % en la cadena de distribución. En el Perú, la FAO viene implementando proyectos sobre prevención y reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA) desde el 2017. Además, le ha brindado servicios de asistencia técnica al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego en el desarrollo de instrumentos normativos y técnicos. Asimismo, se ha desarrollado material de capacitación con enfoque economía circular y ambiental para la prevención y reducción de PDA. De otro lado, en coordinación con el INEI, se está desarrollando un piloto para medir el indicador 12.3.1.a índice de pérdida de alimentos de los ODS.

Reducción del uso de agroquímicos

¿Es posible reducir el uso de agroquímicos o sustituirlos por biofertilizantes, bioinsecticidas y bioplaguicidas o insumos naturales como parte de la bioeconomía?

– ¡Claro que es posible! En el contexto de la bioeconomía, se puede reducir el uso de agroquímicos y sustituirlos por biofertilizantes, bioinsecticidas, bioplaguicidas e insumos naturales. El enfoque de Manejo Integrado de Plagas que nace en el Perú como respuesta al abuso del uso de plaguicidas en el valle de Cañete, Lima, en la década del 50, ha demostrado que es posible reducir significativamente la aplicación de insecticidas mediante estrategias holísticas e integradas. Tras un arduo trabajo de la Estación Experimental Agraria de Cañete se pudo reducir a 1- 2 aplicaciones de insecticidas, de un promedio de 25 aplicaciones en la campaña del 1955-56. La agroecología buscar optimizar las interacciones entre plantas, animales, seres humanos y el medio ambiente, fomentando sistemas alimentarios sostenibles y socialmente equitativos. Este enfoque integral permite el uso responsable de insumos naturales y biológicos, minimizando el impacto ambiental y promoviendo la elección consciente de lo que se consume y cómo se produce.

 – ¿Cómo puede contribuir la bioeconomía circular en la sostenibilidad ambiental?

– La bioeconomía circular contribuye a la sostenibilidad ambiental mediante la utilización eficiente de recursos biológicos renovables, la reducción de emisiones y la mitigación del cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la promoción de la economía verde y empleo sostenible. Al maximizar el uso de recursos, reciclar subproductos y adoptar prácticas agrícolas y forestales sostenibles, se reduce la presión sobre los recursos naturales no renovables y se disminuye la huella ambiental. Además, al utilizar biomasa como fuente de energía renovable, se contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. La bioeconomía circular también promueve la conservación de la biodiversidad al proteger ecosistemas y valorizar la diversidad biológica. Asimismo, impulsa la economía verde al crear empleos sostenibles en sectores bioindustriales y fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico limpia.

– ¿Cuáles son las acciones clave que el Estado peruano debe tomar para garantizar la disponibilidad y la gestión eficiente del agua, considerando su importancia para la supervivencia humana y todas las actividades económicas, especialmente en un país amenazado por la escasez hídrica como el Perú?

–  Considero que se deben implementar las siguientes políticas para mejorar la gestión del agua en el país: a) Adoptar una gobernanza inclusiva de la tierra y el agua. b) Aplicar soluciones integradas a escala. c) Adoptar tecnologías y prácticas de gestión innovadoras, y d) Invertir en la sostenibilidad a largo plazo.

¿Cuál es el impacto de la bioeconomía circular en la conservación de la biodiversidad agrícola y en la recuperación de suelos degradados?

–  Definitivamente, la bioeconomía circular tiene un impacto positivo en la conservación de la biodiversidad agrícola y la recuperación de suelos degradados. Al adoptar enfoques agroecológicos y sistemas de producción diversificados, se conserva la diversidad genética de cultivos, ganado y especies silvestres relacionadas, lo que contribuye a la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático. Además, las prácticas agroecológicas mejoran la calidad del suelo, reducen la erosión y promueven la restauración de suelos degradados, mediante el uso de compostaje, la rotación de cultivos y la agroforestería. Estas medidas permiten la recuperación y mejora a largo plazo de la productividad del suelo.

¿En qué países ya se aplica la bioeconomía circular y con qué resultados?

– La bioeconomía circular se está aplicando con resultados destacados en países desarrollados como Países Bajos, Dinamarca, Finlandia y Alemania. En América Latina, países como Brasil, Colombia, México y Costa Rica están en las etapas iniciales de implementación de la bioeconomía circular como parte de sus estrategias de desarrollo sostenible. En el caso del Perú, se ha lanzado la Hoja de Ruta hacia una Economía Circular en el Sector Industria, aunque aún se necesita tiempo para ver resultados concretos.

 

 

 

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