El Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) informó que, desde 2017 hasta agosto 2020, vacunó aproximadamente a 290 000 animales por cada año en 15 regiones de nuestro país, protegiéndolos de la rabia de los herbívoros y beneficiando las crianzas de los pequeños productores pecuarios.
“Realizamos esta importante labor en las regiones priorizadas de Amazonas, Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Junín, Lambayeque, Loreto, Madre de Dios, Pasco, Piura, San Martín, Ucayali y en los valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, donde protegemos al ganado que representa el sustento diario de miles de productores peruanos”, señaló el jefe del Senasa, Miguel Quevedo Valle.
Con el apoyo de los productores, evalúa las mordeduras frescas en el ganado y, si observa incremento de ellas, se procede a la captura y control poblacional del murciélago hematófago común; así también, se identifica los refugios de estos murciélagos, se toman datos de georreferenciación y se evalúa la población en cada una de las zonas referenciadas.
A su vez, capacitó a los productores para reconocer la enfermedad y notificar al Senasa si sospecha de rabia en sus animales. Asimismo, implementó medidas sanitarias preventivas y, con la participación de expertos internacionales, entrena al personal que realiza la vigilancia, prevención y control de la rabia de los herbívoros en campo.
Como autoridad en sanidad animal, recomienda a los productores notificar si su ganado presenta mordeduras de murciélagos y si estas aumentan; no manipular los murciélagos por ningún motivo y, si los observa volando de día o caídos en el suelo con incapacidad de volar, debe informar inmediatamente al Senasa o al Centro de Salud más cercano.
Los productores no deben manipular al animal con sospecha de tener rabia, matarlo o consumir su carne, es importante dar aviso inmediato al Senasa para la atención del caso. Asimismo, recomienda vacunar a su ganado si vive en zonas con antecedentes de la enfermedad.
Los principales signos de la enfermedad son el aislamiento de los animales del resto, movimientos anormales de los miembros, abaniqueo de la cabeza, lagrimeo o secreción nasal.
Además, mugidos frecuentes y entrecortados, andar tambaleante, arrastre de miembros, finalmente el animal se cae sin posibilidad de levantarse y muere al poco tiempo.