En las comunidades de Musa Karusha y San Fernando, ubicadas en la provincia Datem del Marañón, región Loreto, con el impulso de Profonanpe, dos asociaciones de pescadores han implementado dos plantas de hielo que funcionan con energía solar provista por 240 paneles fotovoltaicos. Esta tecnología permitirá mantener la cadena de frío para la venta de pescado fresco.
Durante años, ese bionegocio liderado por la Asociación de Pescadores Artesanales Katinbashi en Musa Karusha, y por la Asociación de Pescadores Artesanales Kachizpani en San Fernando, ha sido la base de la sostenibilidad de sus familias, y pese a las dificultades a las que se han enfrentado, han logrado potenciarlos.
Una de esas dificultades era mantener la cadena de frío. Para ello, traían el hielo desde Yurimaguas, lo que no resultaba siendo lo más funcional, ya que aumentaba los costos de producción.
Las plantas entraron en operaciones la semana pasada y se tiene grandes expectativas en la mejora de la cadena de valor del pescado fresco amazónico, su impacto en la mejora de la competitividad de los bionegocios de pesca y su acceso al mercado.
Las instalaciones fueron financiadas por Korea International Cooperation Agency (KOICA) y Green Climate Fund. Con ello se garantizará cubrir las deficiencias en costos financieros, y además se bajan las emisiones de carbono al utilizar energía fotovoltaica.
Anteriormente, con el apoyo del Proyecto Morona, se había construido un conservador de hielo que funcionaba con energía de hidrocarburos, el cual emitía grandes cantidades de carbono, pero era costoso.
La implementación de las plantas fue aprobada en asamblea por las comunidades, sus autoridades y los socios, con quienes se organizó una asamblea en la que se acordó la entrega de un área de 1000 metros cuadrados para la instalación de la planta.
Asimismo, la tecnología utilizada permite que las plantas sean monitoreadas desde cualquier lugar, por lo que también se hace necesario la conexión a Internet, servicio con el que ya cuentan, pero es necesario establecer ciertas mejoras.
Por el momento, ambas comunidades se encuentran muy satisfechas y guardan grandes esperanzas en los buenos resultados de las plantas. De esta manera, el fortalecimiento de capacidades de gestión y asociatividad, así como las buenas prácticas pesqueras, manejo y conservación del recurso hidrobiológico es permanente, como estrategia de sostenibilidad de los bionegocios.