El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) presentó el pronóstico de riesgo agroclimático para el cultivo de papa para el período octubre-diciembre 2023.
Para el período indicado, se prevé que las condiciones térmicas diurnas estarían entre superiores a lo normal en litoral costero y región andina, a excepción de la sierra norte que predominarían las condiciones bajo lo normal en noviembre y diciembre.
Por otro lado, se esperarían condiciones térmicas nocturnas superiores a su climatología en el litoral costero y sierra norte; excepto por la sierra centro y sur que estarían dentro de lo normal en octubre.
Respecto a las precipitaciones, en octubre y noviembre se prevé de normales a superiores en la costa, sierra norte y centro; mientras en sierra sur, de normales a inferiores. Para diciembre, las condiciones serían superiores en la costa y sierra centro oriental. Y de normales a inferiores en sierra centro occidental y sierra sur.
Costa central y sur
De octubre a diciembre, además de las condiciones térmicas propias de primavera y verano, la prevalencia de temperaturas diurnas y nocturnas sobre sus normales, propiciaría una mayor incidencia de problemas fitosanitarios como la “mosca minadora”, “minador de brotes”, “prodiplosis” entre otras plagas, por lo que el riesgo previsto podría alcanzar hasta un nivel alto, especialmente las plantaciones sembradas tardíamente en la costa central, donde, además, se prevé lluvias superiores a su normal.
Asimismo, se prevé una tuberización escasa, debido a las temperaturas nocturnas cálidas y una mayor demanda de riego, entre otros impactos. Para las zonas de irrigación de la costa sur como Pampa de Majes, Santa Rita de Siguas y La Joya (Arequipa), ubicadas en torno a 1400 m s.n.m., no se descartaría que la prevalencia de días y noches cálidos repercuta negativamente en el rendimiento.
Sierra norte
De octubre a diciembre, las labores de labranza y siembra en secano tendrían lugar dentro de su periodo correspondiente, ya que se prevé lluvias de normales a superiores con respecto a su promedio climático. Asimismo, se esperaría que estas condiciones previstas favorezcan el avance de la campaña chica en curso, especialmente a los cultivos que se encuentran en pleno crecimiento vegetativo y floración, por lo que se estiman riesgos entre bajo y medio.
Sin embargo, debido a la prevalencia de días cálidos, no se descartarían mayores necesidades de riego, presencia de los síntomas de estrés hídrico (marchitez temporal), aparición de plagas asociadas como la “pulguilla”, entre otros impactos.
Sierra central
Entre octubre y noviembre, las lluvias previstas garantizarían el inicio de las actividades de labranza y siembra en secano de la campaña 2023/2024. Asimismo, estas condiciones pluviométricas promoverían el desarrollo de las plantaciones en curso (campaña chica y siembras adelantadas), por lo que los riesgos prevalecerían en el nivel medio.
Por otro lado, no se descartarían daños por descensos bruscos de la temperatura nocturna (heladas), granizadas, olas de calor, entre otros eventos extremos de corta duración, especialmente en parcelas manejadas bajo secano y ubicas en zonas de mayor altitud; en estos casos, los factores de riesgo podrían alcanzar hasta un nivel muy alto.
Durante el mes de diciembre, en algunos sectores de la vertiente occidental, es probable que la disponibilidad hídrica disminuya, afectando el desarrollo de los sembríos en curso bajo secano de la campaña 2023-2024, lo que incrementaría el riesgo hasta un nivel alto.
Sierra sur
Entre octubre y diciembre, la prevalencia de lluvias por debajo de su promedio climático y la presencia de días cálidos, generarían un ambiente desfavorable para las labores de labranza y siembra, retrasando la campaña agrícola 2023-2024, por lo que los riesgos previstos podrían fluctuar entre medio y muy alto, especialmente entre noviembre y diciembre.
Para las plantaciones de la campaña chica y las siembras adelantadas, especialmente de los sectores como Carabaya y circunlacustre (Puno); Chumbao y Curahuasi (Apurímac) y Urubamba (Cusco), es más probable que se presenten daños por estrés hídrico, debido al incremento de las necesidades de hídrica y un ambiente seco, en estos casos el nivel de riesgo podría alcanzar hasta un nivel alto. Asimismo, no se descartaría un incremento de la población de plagas de “Gorgojo de los Andes”, descensos bruscos de la temperatura nocturna, entre otros impactos.