Como claro reflejo de la escasez de lluvias en los Andes de esta región política, el caudal del río Majes registra el más bajo de los últimos años: 20 metros cúbicos por segundo, cuando en similar período, en tiempos normales o lluviosos, mantenía un aforo de entre 300 y 400 metros cúbicos por segundo. Esta situación afectará a la agricultura de los valles de Majes y Camaná.
Igualmente, el río Tambo (provincia de Islay) actualmente muestra un bajo caudal de 6.5 m3, frente a 70 m3 en igual época del año pasado, volumen insuficiente para regar 3500 hectáreas de arroz recién trasplantado y otros cultivos de pan llevar que se están secando por el estrés hídrico.
En la zona media y alta el panorama es aún más preocupante, por la pérdida de los sembríos de maíz, papa, haba, arveja, trigo, cebada, entre otros cultivos por la sequía. Asimismo, los animales están a punto de perecer a falta de pasto y agua.
En cambio, en los valles arroceros la cosecha iniciará a fines de febrero, pero si no llueve el inicio de la campaña grande (agosto-septiembre) está en riesgo.
En la Irrigación Majes la dotación de agua ha disminuido de 12 a 6 metros cúbicos por segundo y la frecuencia de riego se ha reducido de 13 a seis horas por día.