Entrevista: Rodolfo Ardiles Villamonte

– ¿De qué manera la investigación científica está aportando en el análisis de la biodiversidad en el Perú, Dr. Montoya?
– En nuestro país, una de las instituciones que viene realizando un trabajo ejemplar es la Universidad Peruana Cayetano Heredia, que investiga las propiedades medicinales de numerosas especies de nuestra biodiversidad. Destaco a la profesora Carla Gonzáles, miembro asociado de la Academia Nacional de Ciencias (ANC), quien ha desarrollado una amplia investigación sobre las propiedades de la maca para tratar la hiperplasia de la próstata. La investigación científica es un tema importante para el actual gobierno y es una de las razones por la cual el presidente Castillo está proponiendo la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, para impulsar la investigación y darle valor a la biodiversidad, minerales, y todos los recursos naturales con los que contamos. La falta de investigación científica de nuestra biodiversidad nos ha hecho perder una gran cantidad de recursos, por lo cual prácticamente ahora dependemos de los minerales, si no los tuviéramos, ahora mismo estaríamos en graves problemas. Sin embargo, si solamente dependemos de ello no podremos alcanzar una vida decorosa.
Primero, un mapeo de los recursos
– ¿Y qué se requiere para aprovechar los recursos de la biodiversidad?
– Lo primero que tenemos que hacer es un mapeo de los recursos y luego levantar toda la información de los mismos, tal como lo está haciendo el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) con los recursos genéticos de la selva. El segundo paso es conocer cuál es la utilidad que tiene cada uno de los elementos estudiados. En ese sentido es importante conocer la historia, pues nuestros antepasados conocían del mejoramiento genético tanto de plantas como de animales, a través de la selección genética. Por ejemplo, tenían alimentos como quinua y maca de diferentes colores, así como algodón en distintas tonalidades. Este mismo proceso de investigación permitió el conocimiento de plantas con propiedades curativas, las cuales son conocidas hasta hoy. Lamentablemente muchas de esas variedades fueron borradas durante la época de extirpación de idolatrías que provocó la destrucción de la cultura milenaria pre inca. De igual modo, la investigación científica desarrollada en la antigüedad permitió contar con camélidos que se seleccionan según la calidad de su fibra y la variedad de su color.
Extraer los principios activos de las plantas
– ¿Y qué se debe hacer para recuperar los recursos que se perdieron o relegaron?
– Estamos trabajando para recuperar las riquezas que nos dejaron nuestros antepasados y lo primero que haremos es identificar las propiedades de cada planta, con el uso de la tecnología moderna que nos permite extraer el principio activo, es decir las moléculas que se encuentran en los vegetales y que tienen propiedades nutricionales y medicinales. Una vez que esas moléculas son extraídas se las puede usar en medicamentos y/o suplementos nutricionales.
– ¿Por qué no se ha hecho esto en el Perú de manera más extensa?
– El gran problema que tenemos en nuestro país es la falta de recursos económicos para desarrollar investigaciones científicas mucho más profundas y poder llevar estos conocimientos al desarrollo de medicinas. Así podríamos surtir a las farmacias del mundo. El paso previo es el desarrollo de estudios epidemiológicos, tal como se hizo con el desarrollo de las vacunas para el COVID-19. Esto significa un periodo de pruebas para conocer los efectos de los fármacos.
– ¿En qué otros rubros se debe impulsar la investigación científica?
– En alpacas, por ejemplo, pues con el mejoramiento genético se logrará una mejor calidad de la fibra de alpaca, es decir, producir fibras más finas que tienen alta demanda en el mercado internacional. Todo ello se puede lograr con tecnología moderna, un trabajo que nuestros antepasados realizaban al ojo, de acuerdo a las características físicas de los animales.
– ¿Qué importancia le asigna usted a la biodiversidad para el presente y el futuro del agro nacional, en el actual contexto de la hambruna global?
– La biodiversidad en nuestro país es extraordinaria, pero creo que lo primero que se necesita es un cambio cultural que nos permita depender de nosotros mismos. En el Perú, el problema alimentario se debe en parte a un tema de alienación y aculturación. Por ejemplo, hace unos 50 años, cuando yo era joven, era muy agradable comer en la sierra, donde encontrábamos alimentos que conocíamos desde la niñez, como el cuy, las papas, la quinua o los quesos; todos esos productos tienen un altísimo valor nutricional. Pero ahora, cuando viajo a la sierra noto que se han puesto de moda las polladas, los jugos naturales que solíamos beber han sido reemplazados por gaseosas y bebidas artificiales con alto contenido de azúcar, que son venenos para la salud. La quinua ha sido reemplazada por el arroz. Todos esos productos son importados, de manera que nosotros nos empobrecemos pese a tener una rica biodiversidad para alimentarnos bien.
– No solo somos dependientes de los alimentos importados, sino también de los fertilizantes…
– En un contexto de hambruna global, obviamente se necesitan los fertilizantes para poder producir más alimentos. Sin embargo, creo que estamos ante una gran oportunidad para disminuir nuestra dependencia externa y no tener que importar arroz o trigo, cuando aquí tenemos papa, quinua y tantos otros productos nacionales.
El mar es rico y diverso
– ¿Entonces, aprovechar de nuestra biodiversidad puede mejorar la nutrición y garantizar la seguridad alimentaria nacional?
– Claro, por ejemplo, tenemos el mar peruano que es muy rico y biodiverso, yo recuerdo cuando era niño y tenía el gran placer de consumir los platos que preparaba mi madre en Chimbote, con base en cangrejos, pescados y choros. En el caso de Chimbote, hay empresas que han hecho una fortuna quemando pescado para elaborar harina, con lo cual se ha contaminado el mar. Antes era común consumir anchoveta, incluso cuando vivía en París podía encontrar latas con ese producto que llevaban el sello del Perú.
– ¿Qué estamos haciendo como país para poner en valor los recursos de la biodiversidad?
– Puedo citar el ejemplo del IIAP dirigido por la científica Carmen García Dávila, quien está haciendo un trabajo fenomenal dando a conocer los productos de la biodiversidad amazónica. Lo que tenemos que hacer los peruanos en general, es consumir lo que tenemos, no se trata de establecer asistencialismo, pues nuestro país tiene productos que sirven no solo como alimentos. Por ejemplo, en la selva poseemos el aguaje que tiene propiedades nutragénicas o nutracéuticas, es decir que, nos nutren y al mismo tiempo pueden prevenir y/o curar ciertas enfermedades. En el Perú tenemos una biodiversidad sorprendente, yo personalmente comencé a recorrer el país en 1975 y uno de los primeros lugares que visité en aquella época fue Iquitos. Allí descubrí que había una gran variedad de alimentos, como el inguiri que es una variedad de plátano que se consume cocido. Sin embargo, hay quienes hacen lo que se les viene en gana como algunas empresas mineras, así como sus pares informales que contaminan las aguas y causan graves problemas de salud, rompiendo la cadena alimenticia.
– ¿Qué costumbres ancestrales se están conservando para preservar la biodiversidad?
– En ese tema yo felicito a las comunidades que están trabajando para preservar sus costumbres. Por nuestra parte, aquí en Lima hace un mes concluyó una feria en la cual las comunidades presentaron sus productos, que son poco conocidos en la ciudad; sin embargo, mediante internet ahora podemos comunicarnos con esas comunidades del mismo modo que se hace con los centros comerciales. De manera que con un simple click cualquier persona podrá solicitar algún producto desde las diferentes partes del Perú.
El principal problema es el agua
– ¿Qué se está haciendo para recuperar el uso de biofertilizantes, luego de casi medio siglo de uso de fertilizantes sintéticos?
– Entiendo la preocupación que existe por los fertilizantes, sin embargo, conversando con empresarios agrícolas como el Sr. Fernando Cillóniz, puedo decir que el principal problema que tenemos en el Perú tiene que ver con el agua. En ese sentido, debemos retomar el uso de técnicas ancestrales pues los cerros están repletos de agua. No debemos depender únicamente de los ríos, pues estos están contaminados y en algunos de ellos no se puede beber el agua. Sin embargo, es cierto que en el Perú se hace uso de fertilizantes y productos químicos. Personalmente, en mi infancia recuerdo que a mi pueblo llevaban un insecticida llamado Aldrin, sin que nosotros supiéramos cuál sería su comportamiento bioquímico. Este producto viene en forma de polvo y causa daños a las personas que lo manipulan, los agricultores no recibían ninguna capacitación al respecto. Creo que el uso de los fertilizantes sintéticos en el Perú se da más por facilismo. Pero el Perú está en la capacidad de reducir su dependencia externa de estos insumos, ya que cuenta con recursos para desarrollar sus propios fertilizantes. Una vez más, aquí vemos cómo aparece nuevamente el tema de la dependencia tecnológica, porque todo lo que consumimos viene de fuera. Eso se debe a que no hemos tenido una política de ciencia y tecnología.
Cada universidad investiga a su manera
– ¿Cómo se están involucrando las universidades peruanas en la investigación científica para aprovechar la biodiversidad?
– Todas las universidades están investigando a su manera, el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) tiene líneas de concurso para que los profesionales presenten sus trabajos de investigación. Esa es una buena oportunidad, pero falta mucho más, porque se necesitan recursos, justamente por ello es que se propone la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
– Finalmente, ¿cuánto es lo que requiere ese nuevo ministerio?
– Creo que tendríamos que multiplicar por diez lo que el Estado invierte actualmente, pese a ello sabemos que los recursos son limitados, de manera que la idea es proporcionar recursos a los proyectos que tengan buenas posibilidades de éxito.