El departamento de Puno es el principal productor de papa y quinua a nivel nacional. En lo que va la campaña de siembras 2022/2023, para el tubérculo se registró una cifra menor de 8.2 %, entre agosto a diciembre de 2022. En tanto, para el grano andino se prevé que la producción caería en aproximadamente 12 000 toneladas, según la Dirección de Estudios Económicos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
La reducción en la producción se debe a que, en la zona altoandina del sur del país, luego de una prolongada sequía desde hace pocas semanas, viene soportando los embates del cambio climático; en especial, de heladas, granizadas y friajes de fuerte intensidad, los cuales están afectando la actividad agrícola y pecuaria.
Siembra de cultivo de papa
Al respecto, en el caso del tubérculo, el avance de siembras, de agosto a diciembre de la campaña agrícola 2022/2023, llegó a 54 771 hectáreas, cuya cifra es menor en 8.2 % respecto al promedio histórico y también menor en 10.8 % en comparación con el área instalada durante la campaña anterior 2021/2022.
Este resultado fue producto de la fuerte contracción de siembras ocurrida en octubre (−43.9% respecto del promedio histórico y −39.7 % frente a la campaña anterior), la cual no pudo recuperarse a pesar de que en el mes de noviembre se llegó a sembrar más de cuatro veces lo que se acostumbra.
No obstante, las áreas dejadas de sembrar podrían reducirse ligeramente si se amplían las instalaciones de papa en los meses de junio y julio del presente año, meses en los que se acostumbra sembrar no más de 1500 hectáreas. Por esta razón, se proyecta que, para el próximo año, la producción de papa en Puno disminuya entre 10 % y 15 %, lo cual terminaría afectando a más de 176 000 productores agrarios, según se ha estimado mediante la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) 2019 (Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), 2018).
Siembra de cultivo quinua
De acuerdo con el calendario de siembras de quinua, estas se inician, en realidad, en el mes de setiembre, aunque ocasionalmente se realizan algunas instalaciones, muy pocas, en agosto. En el mes de noviembre, se intensifican las siembras y usualmente representan un 68 % de la superficie total sembrada en toda la campaña. En diciembre, termina la campaña de siembras con la instalación de una superficie que representa entre de 8 % a 10 %.
La campaña de siembras se inició en agosto con la instalación de 28 hectáreas; sin embargo, debido a la falta de precipitaciones pluviales durante el mes de setiembre, las siembras se paralizaron y al cierre de dicho mes solamente se logró instalar 4111 hectáreas, lo que significó una fuerte contracción de 55.7 % respecto al promedio histórico y de 67.4 % en comparación con las ejecuciones realizadas durante el mismo mes de la campaña anterior.
En octubre, las condiciones climáticas e hídricas, mejoraron un poco y permitieron que se sembrara 19 167 hectáreas, cifra que, de todos modos, significó una contracción de – 20.6 % respecto al promedio histórico y de −8.7 % frente a la superficie instalada en el mismo mes de la campaña 2021/2022.
Dado que la campaña de siembras de quinua ya terminó en Puno, se pronóstica que la producción del próximo año caería en aproximadamente unas 12 000 toneladas, teniendo en cuenta que el rendimiento promedio es de 1200 kilogramos por hectárea.
De modo similar al caso de la papa, la reducción de la producción de quinua en el año 2023 terminaría por afectar a más de 86 000 productores agrarios, según lo estimado en la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) 2019 (INEI, 2018).