Escribe: Ing. Rodolfo Marquina Bernedo, miembro del consejo directivo de Descosur
Pese a la importancia del sector de los camélidos sudamericanos, el Estado históricamente siempre lo ha tenido abandonado. Una muestra de ello es la ausencia de recursos y una institucionalidad encargada de conducir y liderar las políticas públicas para el sector. Hasta los años 90 del siglo pasado solamente existían programas de conservación de la vicuña y algunos proyectos eventuales para apoyo al sector alpaquero.
En julio de 1992 se creó el Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (Conacs) que duró solamente hasta noviembre del 2007. De ahí en adelante, la responsabilidad política para los camélidos domésticos se trasladó a los gobiernos regionales y en menor medida a la Dirección General de Ganadería del Midagri, mientras que la responsabilidad de los camélidos silvestres al Serfor, también adscrito al Midagri. En ambos casos, con muy pocos recursos de personal, equipos y financiamiento para atender su problemática.
En octubre del 2017, el Congreso de la República aprobó por insistencia la Ley n.º 30674 que declara de “necesidad pública e interés nacional la creación e implementación del Instituto Nacional de los Camélidos Sudamericanos-INCS”, y encarga al Midagri la conformación de una comisión de cinco miembros con los gobiernos regionales y locales “con la finalidad de conformar una asociación público privada orientada a crear el INCS en un plazo de 120 días”. Han pasado más de cinco años y no hay nada. En otras palabras, la ley es letra muerta.
Producción
Otro factor estructural lo constituye el hecho que en la cadena de valor de la alpaca el eslabón más débil es la crianza, por el territorio frágil en que se ubica y por las condiciones de marginalidad en cuanto a los servicios básicos para las familias de criadores y la precaria cobertura de los servicios de asistencia técnica pública o privada. Esta situación va estimulando el despoblamiento por la migración de la población joven hacia los centros urbanos en búsqueda de mejores oportunidades. Los últimos censos muestran invariablemente un estancamiento o reducción, en términos absolutos, de la población de los distritos alpaqueros.
Otro aspecto crucial es el escaso desarrollo tecnológico en la crianza y los bajos niveles de rentabilidad de la producción tanto en fibra como en carne.
Desarrollo tecnológico
Está en directa relación con la investigación que, en el caso de los camélidos, es insuficiente y dispersa. Tenemos problemas pendientes tanto en la prevalencia de enfermedades como la sarcocistiosis que no tienen hasta la fecha una solución. En este tema se han realizado proyectos de investigación en la Universidad Cayetano Heredia, pero no se han continuado y el problema es clave para la producción de carne.
Aspecto reproductivo
No se ha logrado, hasta hoy, superar la fase experimental en la inseminación artificial y tampoco hay un consenso entre los especialistas en lo que deberían ser los planes de mejoramiento genético orientado a la producción de fibra (en alpacas) y a la producción de carne (en llamas) adecuados a la realidad de los pequeños criadores. En este aspecto, llevamos muchos años de retraso frente a otras especies como vacunos, ovinos o cerdos, donde el avance la ciencia les ha permitido el desarrollo de razas con caracteres definidos en función de su importancia económica y a la vez las tecnologías reproductivas que les permiten acelerar el progreso genético. Esto ha sido producto de la investigación en los países desarrollados donde está estrechamente ligada a la demanda de los procesos productivos.
Con los avances de la genética, van surgiendo las posibilidades de recuperar el tiempo perdido en la investigación sobre los camélidos, pero todavía existe mucha dispersión y falta de definición de prioridades para concentrar los esfuerzos de la academia, el Estado y los productores. Se viene estudiando el genoma de la alpaca, se han realizado experimentos de inseminación artificial, trasplante de embriones, pero la tecnología no está validada al punto de ser accesible a los criadores. Y la investigación es costosa.
La solución a estos problemas es clave para mejorar la rentabilidad de la crianza de los camélidos. Los recursos para la investigación deberán provenir del Estado si es consecuente con las diferentes leyes que proclaman esta producción como “producto bandera” del país y con el hecho que el Perú posee la mayor población de alpacas en el mundo, con los más de 4 millones de ejemplares que pueblan las praderas altoandinas. Los rendimientos precarios que obtienen los criadores no permiten los recursos necesarios para afrontar los costos de investigación y desarrollo que requiere esta ganadería. Adicionalmente, es un gran reto para nuestras universidades, INIA, Concytec y la cooperación internacional, unir esfuerzos para atender este sector.
Sistema de comercialización
Otro factor estructural es el sistema de comercialización de la fibra que no estimula el mejoramiento de la calidad, es decir la finura, pues en los casi 200 años en que se comercializa y exporta esta fibra, el acopio se sigue realizando (en un 80 % de las 5.000 toneladas que producimos anualmente) sin distinguir calidades o “al barrer”, castigando en lugar de premiar, el esfuerzo que realizan los criadores para el mejoramiento de la fibra mediante el proceso de selección y empadre controlado. Y esto, a pesar que en el mercado internacional los lotes de fibra se comercializan por calidades en función de la finura.
Adicionalmente, el sistema de intermediación resulta desfavorable para productores y las empresas que procesan la fibra, pues son frecuentes los reclamos por la adulteración de la fibra mediante la incorporación de impurezas o mezclas que afectan el rendimiento textil, a pesar de que la fibra es entregada por los criadores en buenas condiciones. Tampoco los criadores cuentan con un soporte financiero mínimo que les permita mejorar la negociación en mejores condiciones realizando los acopios organizados en las comunidades. Aquí también tienen responsabilidad los problemas de gestión de algunos dirigentes que han frustrado las expectativas de sus asociados cuando no han rendido cuentas adecuadamente o han incumplido los pagos de los préstamos de Agrobanco u otras fuentes.
En este marco, se produce una frecuente oscilación de los precios en el mercado internacional de la fibra que, en última instancia afecta al productor, pues la industria tiene mejores condiciones para afrontar esas variaciones, reduciendo o postergando sus compras. Así, los mayores riesgos son asumidos por los criadores, tal como ocurrió con la crisis financiera internacional del 2008 que llegó a reducir el precio de la fibra hasta los 3 soles la libra. Desde allí hemos tenido una lenta recuperación hasta los precios actuales que se hallan alrededor de los 16 soles por libra de fibra huacaya blanca.
Recientemente, el mercado internacional de la fibra de alpaca viene elevando las exigencias en cuanto a la trazabilidad y factores como el bienestar animal, las condiciones ambientales, trabajo infantil, en consonancia con los objetivos del desarrollo social concordados por todos los países y esto representa nuevas exigencias para los criadores que requieren condiciones, habilidades y destrezas que no brinda nuestro sistema educativo y representan una nueva presión sobre los limitados ingresos.
Aparecen esas normas que fácilmente podrían ser cubiertas por los criadores australianos o norteamericanos, que cuentan con gran soporte de sus gobiernos y difícilmente en nuestro caso.
Producción de carne
La carne de camélidos constituye otro potencial desaprovechado por el Estado. Anualmente se producen alrededor de 16.000 toneladas de carne de camélidos (12.000 de alpaca y 4.000 de llama), que se consumen en los mercados populares del sur del país, así como en Lima e Ica. Numerosas investigaciones han demostrado las grandes ventajas nutricionales y saludables frente a las demás carnes rojas. Sin embargo, hasta hoy no se ha resuelto el problema básico de los centros de beneficio que no cuentan con autorización sanitaria en todo el espacio alpaquero.
De esta manera, se encuentra bloqueado el proceso de mejora de la comercialización y transformación de esta carne. Diferentes investigaciones han establecido las propiedades organolépticas y la edad óptima para el beneficio de alpacas y llamas, además de la experimentación y determinación de formulaciones para el procesamiento de embutidos, pero no se puede avanzar mientras el beneficio no se realice en centros con autorización sanitaria. Su importancia radica en que, para la familia del productor, las carnes de alpaca y llama brindan ingresos casi similares a los provenientes de la fibra de alpaca.
Algunas alternativas
El próximo año ha sido declarado por la FAO como el Año Internacional de los Camélidos y debe ser una oportunidad para emprender medidas y proyectos que nos permitan desarrollar este patrimonio nacional. Así tenemos:
- Resolver la institucionalidad pública para el desarrollo del sector de los camélidos sudamericanos, asumiendo la deuda histórica que tenemos frente a las más de 84.000 familias que, según el último Censo Agropecuario, desarrollan directamente estas crianzas, cumpliendo además un rol fundamental en la conservación de las nacientes de las cuencas donde se generan los recursos hídricos que hacen posible la vida en las ciudades en las zonas bajas. Se debe crear de una vez el ente rector de los camélidos con los recursos suficientes para brindar asistencia técnica y orientar la investigación.
- Formular, con la participación conjunta del Midagri y sus órganos competentes, los especialistas de las universidades, instituciones de promoción e investigación y los productores, el Programa Nacional de Mejoramiento Genético de Alpaca para la producción de fibra, así como de llamas para la producción de carne en base a las recomendaciones de eventos sobre el tema y a los avances de la ciencia en genética y reproducción.
- Formular un Programa nacional de investigación y coordinar las políticas públicas para mejorar las condiciones de los millones de hectáreas de praderas naturales donde se desarrollan estas crianzas mejorando la calidad de los pastos naturales y atendiendo los problemas sanitarios endémicos como la sarcosistiosis, enterotoxemia, sarna y las tecnologías reproductivas, el procesamiento de la fibra y carne.
- Apoyar la unificación de la organización gremial de los productores a fin de superar la actual dispersión y contar con interlocutores válidos para la atención a sus demandas ante el Estado y la sociedad.
- Mejorar el sistema de comercialización de la fibra estableciendo precios diferenciados por calidad y, en el caso de la carne, promoviendo la adecuación de los actuales camales a las normas sanitarias vigentes para su autorización.
- La sequía sufrida en la campaña 2022-2023 viene ocasionando una severa descapitalización de los productores que están realizando una “sobresaca” mediante remates de ganado, ante la ausencia de pastos que no se han logrado recuperar por la escasez de lluvias y ante el anuncio del Niño Global. Frente a ello, se requiere un programa de emergencia con la participación de los productores en sus territorios, que permita los recursos para la construcción de qochas, sistemas de bombeo y zanjas de infiltración a fin de retener lo poco que llueva y coordinando los recursos de Sierra Azul, Agro Rural, así como de los gobiernos regionales y locales, para mitigar la escasez de agua y pastos.