El control de plagas, lograr un buen desarrollo de la planta e incrementar la productividad, son algunos de los beneficios que se obtiene al realizar el aporque de papa. Esta labor se desarrolla hasta dos veces por campaña, cuando el cultivo tiene un tamaño promedio de entre 25 y 30 centímetros.
El Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir) capacita a un grupo de 28 familias del caserío de Huarac Huran, centro poblado de Pichiu, distrito de Pamparomás, departamento Áncash, en un campo semillero de papas nativas donde los productores aprenden el desarrollo fenológico del cultivo de papa y qué se debe hacer en cada una de sus etapas.
Los agricultores usan como herramienta de aporque una racua que les ayuda a llevar tierra hasta el cuello de la planta de la papa para proteger sus raíces de los rayos solares y de plagas como el ´gorgojo de los andes´. También tiene como finalidad evitar el ´verdeamiento´ del tubérculo.
“El aporque es la tercera etapa en el cultivo de papa. Primero iniciamos con la preparación del terreno y luego la siembra. También ya hemos realizado el control de plagas y ahora estamos con el aporque”, explica el responsable de operaciones de la zona sierra de Sedir, Liberato Torre Albino.
El aporque se realiza surco por surco, inicia en la parte baja y termina en la parte alta del campo. No es conveniente hacerlo cuando el suelo está húmedo porque se compacta o produce terrones. Tampoco es recomendable hacerlo cuando la planta supera los 35 cm. debido a que se podría generar algún daño. “Es importante la capacitación porque nos ayuda a mejorar nuestro trabajo”, comenta el agricultor Lorenzo Fructuoso.
Las actividades de Sedir se desarrollan en el marco del proyecto de cooperación con la Fundación Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo (LED).