En el departamento de La Libertad, Wilmer Ruiz Villacorta, padre de familia de tres niños, se gana la vida y sostiene a su familia emprendiendo un negocio de “vino”, elaborado a base de mashua, tubérculo andino de alto valor nutricional.
El licor es comercializado bajo la marca Big Inca y se venden en las diversas ferias que se realizan en la plaza de ciudad. Además, Wilmer ofrece los productos en un puesto instalado en la puerta de su casa y hace envíos a nivel nacional.
Esta bebida se elabora con mashua sembrada, cosechada y procesada en el caserío Simón Bolívar, distrito de Usquil, provincia Otuzco, producto que puede sembrar hasta 70 toneladas por hectárea y es muy fácil de cultivar porque prospera en suelos marginales donde se desarrolla rápidamente compitiendo con la hierba mala.
Sus tubérculos en forma de cono generalmente son de color blanco, amarillo, rojo o morado. Contienen altos niveles de isotiocianatos (glucosinolatos), bien conocidos por sus propiedades insecticidas y medicinales. Además, se le atribuye bondades para prevenir enfermedades de la próstata, limpiar los riñones y las vías urinarias, así como eliminar las toxinas del organismo.
Ruiz Villacorta es integrante de un hogar del programa Juntos, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). Wilmer, junto a sus socios comercializan los vinos luego que su propuesta participó en el proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai (Vamos a crecer), del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (Foncodes), que otorga el financiamiento con el fin de fortalecer y consolidar los sistemas de producción familiar mediante la asistencia técnica, capacitación y dotación de activos productivos para la adopción de innovaciones tecnológicas productivas.