La situación que atraviesa el sector productivo y agroexportador de mango en Moro, región Ancash, es crítica, debido a que la campaña 2023-2024 tendrá una caída del 70 % como consecuencia de los efectos del fenómeno El Niño.
Los campos de mango sufrieron una disminución drástica en su floración por las altas temperaturas que se registran en la costa norte del país.
“La situación es decepcionante. El clima nos ha hecho mucho daño y la planta de mango no ha floreado para la fruta. Hemos perdido”, señala el productor Wilfredo la Torre, mientras recorre su campo de mango y apenas encuentra un brote de flor en medio de los miles de plantas que tiene en su fundo del distrito de Moro, en la región Áncash en Perú.
El cultivo debería mostrar abundante floración de color rojizo amarillento, pero solo puede exhibir hojas verdes como indicador de que el nacimiento de la fruta es una utopía.
Wilfredo La Torre anualmente cosechaba 20 toneladas por hectárea para el mercado internacional, sin embargo, para el próximo año solo tiene una expectativa del 30 % del total de sus campos. Es decir, de cada 10 frutas que cosechó en la campaña anterior, para 2024 apenas tendrá tres mangos. Así de crítica es la situación de las y los pequeños productores.
La planta de mango necesita una temperatura mínima de 16 ° C. para que se pueda dar la floración, pero el clima ha estado por encima de los 21 ° C.
Drama agrícola
El Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir) visitó varios campos para constatar el drama que viven los agricultores y corroboró que en algunas zonas la floración es nula pese a los esfuerzos e inversión que se ha realizado para inducir a la planta con el uso de insumos químicos.
“Yo he invertido bastante en la planta pese a que los insumos han subido de precio. Sin embargo, la planta no ha floreado y todos estamos asustados. Mis plantas apenas han floreado un 20 %, las pérdidas serán grandes”, explicó el agricultor Max Comesaña.
Los productores de mango invierten en promedio S/10 000 por cada hectárea, con la finalidad de tener un producto de calidad.
Moro y el valle de Nepeña tienen 1200 hectáreas de mango, dirigidas por 1000 pequeños productores, quienes sufrirán el impacto económico negativo.
El golpe, en realidad, lo sufre toda la cadena productiva del sector. “Al no haber mango no habrá cosecha, no se podrá contratar personal y los dueños de los predios tampoco contratarán otros servicios de manejo para sus plantas. Entonces, la situación es bastante crítica debido a que la economía familiar de los productores en el valle de Nepeña se verá notablemente afectada”, resalta el director ejecutivo de Sedir, Juan Cerna Espinoza.
La región Áncash es la segunda en exportar mango después de Piura donde la afectación es mucho mayor y llega hasta aproximadamente el 90 % de pérdida de productividad en los campos por efectos del cambio climático.
Cabe mencionar que, desde hace dos años, los productores de mango han enfrentado dificultades debido a los bajos precios. En la última campaña el precio en chacra del mango que se exporta vía marítima cayó a S/1 el kilo, mientras que el kilo del precio de la fruta que se exporta vía aérea fue de S/1.8, la mitad de lo que se pagaba en años anteriores.